Virus de Epstein-Barr
Conocer el virus
Lo más importante sobre el EBV
95 %
de la población mundial está infectada
por el virus de Epstein-Barr, pero poca gente lo sabe
+ de 30
patologías
relacionadas con este virus:
cánceres, enfermedades autoinmunes, enfermedades neurodegenerativas….
Persistente
El EBV se aloja principalmente en los linfocitos B y permanece en el organismo de por vida. No desaparece nunca.
Se puede reactivar
Normalmente permanece “dormido”, controlado por el sistema inmunitario, pero puede reactivarse si éste falla.
La mononucleosis es la primoinfección del EBV
Se confunde a menudo con otras infecciones y a veces es asintomática.
Infradiagnosticado
El virus de Epstein-Barr está infradiagnosticado en la infección primaria o en la reactivación
Tan extendido y sin embargo tan desconocido
Pregunte a su alrededor: ¿quién conoce el virus de Epstein-Barr? Casi nadie. Y sin embargo nos afecta a todos. Poco a poco, debido a su reciente implicación en la COVID-19 persistente o la esclerosis múltiple, el EBV está saliendo de la oscuridad. ¡Actuemos para acelerar su notoriedad y asegurarnos de que se tenga en cuenta el impacto que puede tener en nuestras vidas!
El EBV, virus persistente de la familia de los herpesvirus, actúa en silencio, alterando principalmente el funcionamiento de un elemento clave de nuestras defensas inmunitarias: los linfocitos B. Una vez en el organismo, permanece de por vida alojado en las células de su huésped. Como cualquier virus, se propaga y se multiplica para asegurar su supervivencia. A lo largo de su vida, alterna fases de latencia (dormancia) y reactivación en función del estado inmunitario de su huésped.
El EBV en el corazón de nuestra inmunidad
El virus de Epstein-Barr se integra en el genoma y activa la célula de tal manera que impide la apoptosis, es decir, la muerte espontánea: hace proliferar la célula y evita que muera. Esta mutación afecta a las células que viven menos tiempo, como los glóbulos blancos. Estas células son “inmortalizadas” por el virus de Epstein-Barr.
El EBV también puede causar una afectación de las mucosas que provocará una malabsorción de los azúcares, lo que a su vez desencadenará disbiosis e inflamación ocasionando un desequilibrio general de la función inmunitaria..
Las personas expuestas al EBV durante la infancia suelen presentar generalmente síntomas leves o ningún síntoma. Las que se exponen por primera vez durante la adolescencia o en la edad adulta pueden desarrollar mononucleosis, una enfermedad más grave caracterizada por fatiga intensa, dolor fuerte de garganta, fiebre leve, inflamación de los ganglios linfáticos, dolor de cabeza y aumento del tamaño del bazo. El síndrome mejora gradualmente, pero la fatiga asociada puede durar mucho tiempo.
Una vez que se resuelve la primoinfección por el EBV, ya sea durante la infancia o en la edad adulta, el virus permanece “dormido” en las glándulas salivales y otros tejidos linfoides. Sin embargo, cualquier fallo del sistema inmunitario puede ocasionar una reactivación del virus.
EBV, el virus de todo el mundo
explicado por el Dr. Emmanuel Drouet
Si quiere entender el sistema inmunitario,
étudiez le virus Epstein-Barr.