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Epstein-Barr, un virus que plantea dudas

Preguntas más frecuentes sobre el virus

¿Cómo se diagnostica el virus en las distintas fases de la infección?

Cuando se sospecha una infección por EBV, es esencial empezar por observar los signos clínicos del paciente. Los síntomas típicos incluyen fiebre, faringitis, inflamación de los ganglios linfáticos, fatiga y, a veces, agrandamiento del bazo o del hígado. Pero también puede haber síntomas menos típicos, como herpes recurrente, infecciones repetidas, malestar general, etc.

Tras la evaluación clínica inicial, el diagnóstico puede afinarse con pruebas médicas, en particular una serología completa (utilizando los 4 marcadores IgM VCA, IgG VCA, IgG EBNA, IgG EA). Comparando estos 4 marcadores y sus valores, se puede deducir si el virus está en fase de reactivación, de latencia o de infección primaria, pero los resultados no siempre son fáciles de interpretar.

También puede realizarse la PCR: esta técnica permite detectar y cuantificar el ADN del EBV en diversas muestras, como la sangre. Es especialmente útil para evaluar la carga viral en pacientes inmunodeprimidos o para el seguimiento de enfermedades asociadas al EBV.

Por último, la tipificación linfocitaria puede utilizarse para afinar el diagnóstico y evaluar la respuesta inmunitaria específica frente al EBV, especialmente en el caso de patologías crónicas o pacientes inmunodeprimidos.

Es importante recordar que estos análisis deben correlacionarse siempre con el cuadro clínico del paciente.

¿Cómo puedo asegurarme de que mi sistema inmunitario mantiene a raya a los virus?

Para mantener los virus bajo control, es crucial mantener un sistema inmunológico equilibrado. Aquí tienes algunas estrategias clave:

1. Equilibrio inmunológico: Un sistema inmunológico equilibrado es esencial para combatir eficazmente las infecciones sin causar una inflamación excesiva. Esto puede ser apoyado por una dieta equilibrada rica en vitaminas y minerales, un sueño adecuado y la reducción del estrés.

2. Higiene antiinflamatoria: La inflamación puede comprometer la eficacia inmunológica, por lo que es importante adoptar un estilo de vida antiinflamatorio. Esto incluye consumir alimentos antiinflamatorios (como los omega-3, frutas frescas y verduras), evitar alimentos proinflamatorios (azúcar refinado, grasas saturadas) y realizar ejercicio regular.

3. Vigilancia de los signos clínicos: Estar atento a las señales clínicas que envía tu cuerpo (como fatiga, malestar, erupciones cutáneas, etc.) te ayudará a identificar más fácilmente los síntomas relacionados con la inflamación y la reactivación. Reconocer estos signos temprano puede llevarte a tomar medidas apropiadas o buscar consejo médico rápidamente.

4. Seguimiento médico: Se recomienda consultar a un profesional de la salud para una evaluación inmunológica completa. Un médico puede evaluar tu salud general, identificar cualquier deficiencia o desequilibrio específico y desarrollar una estrategia inmunomoduladora personalizada. Este enfoque puede incluir suplementos a medida, ajustes dietéticos y estrategias de manejo del estrés.

Además, podemos ayudarte a encontrar un profesional de la salud competente que pueda guiarte a través de este proceso. Trabajar de cerca con un profesional te permitirá implementar una estrategia adaptada a tu situación personal, maximizando así tus posibilidades de mantener los virus a raya mientras preservas la salud de tu sistema inmunológico.

Serología completa del EBV: ¿qué marcadores deben solicitarse cuando se prescribe el análisis de sangre?

La serología EBV es un análisis de sangre que mide la presencia de anticuerpos específicos contra el virus de Epstein-Barr. Los anticuerpos son producidos por el sistema inmunitario en respuesta a una infección. Los 4 marcadores más importantes en una serología EBV completa son los siguientes:

IgM-VCA (anticuerpos IgM dirigidos contra el antígeno de la cápside viral de Epstein-Barr) : La aparición de IgM-VCA suele indicar una infección reciente por EBV. Si este marcador es positivo, puede sugerir una reactivación de la infección.

IgG-VCA (anticuerpos IgG contra el antígeno de la cápside viral de Epstein-Barr): Los IgG-VCA suelen aparecer unas semanas después de la infección inicial y permanecen presentes de por vida. Un aumento de los niveles de IgG-VCA puede indicar una reactivación del EBV.

IgG-EBNA (anticuerpos IgG contra el antígeno nuclear del virus de Epstein-Barr): Los IgG-EBNA suelen aparecer varios meses después de la infección inicial. Niveles elevados de IgG-EBNA pueden sugerir una infección pasada o latente.

IgG-EA (anticuerpos IgG contra el antígeno temprano del virus de Epstein-Barr): La IgGEA suele aparecer durante la infección aguda y luego disminuye. Unos niveles elevados de IgGEA pueden indicar una reactivación reciente del EBV.

Solicitar una serología EBV completa con estos 4 marcadores permite una evaluación más precisa de la infección EBV. Esto puede ayudar a los médicos a diferenciar entre una infección aguda, una infección antigua o una reactivación del EBV. Para las personas con enfermedades autoinmunes como la esclerosis múltiple, la reactivación del EBV puede empeorar los síntomas, especialmente durante las recaídas, y puede requerir un tratamiento específico.

Es importante destacar que la interpretación de estos marcadores debe ser realizada por un profesional sanitario cualificado, teniendo en cuenta la historia clínica del paciente, su estado clínico y otros factores relevantes. La serología completa del EBV puede ayudar a orientar el diagnóstico y el tratamiento, y el seguimiento periódico de estos marcadores puede ser útil para evaluar el curso de la infección. También pueden ser necesarias pruebas adicionales (hemograma, tipaje linfocitario, pruebas hepáticas, etc.).

Consulte siempre a un profesional sanitario antes de realizar cualquier prueba y para interpretar los resultados.

¿Existe alguna prueba de laboratorio para detectar la reactivación del virus?

Sí, existen pruebas de laboratorio para detectar la reactivación del virus de Epstein-Barr ( EBV). Una prueba comúnmente utilizada es la prueba de anticuerpos de inmunoglobulina M (IgM) contra el antígeno de la cápside viral (VCA) del EBV. Esta prueba busca la presencia de anticuerpos IgM, que indican una infección reciente o actual por el EBV. Otra prueba utilizada habitualmente es la prueba de anticuerpos IgG del antígeno nuclear del EBV (EBNA).

Esta prueba detecta la presencia de anticuerpos IgG, que aparecen más tarde en la infección y pueden indicar una infección pasada o crónica por EBV. Además, puede utilizarse la prueba de carga viral mediante la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) para cuantificar la cantidad de EBV en la sangre y determinar su nivel de actividad. Es importante consultar con un profesional sanitario para obtener un diagnóstico y una interpretación adecuados de estas pruebas de laboratorio.

Se habla a menudo de "brainfog" o niebla cerebral como un síntoma relacionado con el EBV. ¿En qué consiste?

  • Problemas de concentración
  • Olvidos frecuentes
  • Fallos de memoria
  • Fatiga
  • Trastornos del estado de ánimo
  • Dolores de cabeza
  • Apatía
  • Desorientación
  • Ansiedad

.. ¿Sabía que el EBV puede causar esta “niebla cerebral”?

Se considera que son pequeñas inflamaciones en el cerebro las que crean esta sensación de confusión mental que hace que no se piense con claridad y se tengan pensamientos borrosos. El sistema límbico, donde se procesan las emociones y los recuerdos, está especialmente afectado. Seguir una conversación, concentrarse, recordar cosas del día a día se convierten en ejercicios muy complicados.

Muy a menudo se piensa que se trata de algo “simplemente psicológico” cuando en realidad puede ser un signo de reactivación del EBV. Aunque rara vez se toma en serio, es muy importante prestar atención a estos síntomas y consultarlo con el médico.

¿Se transmite la enfermedad del beso solo al besarse?

La mononucleosis infecciosa, conocida también como la “enfermedad del beso”, se manifiesta de manera sintomática a partir de la adolescencia (mientras que puede pasar desapercibida en la infancia) y se propaga principalmente por medio de la saliva.

La saliva contiene sustancias virales que son contagiosas hasta 18 meses después de haber contraído la mononucleosis infecciosa. Durante el periodo de reactivación, es posible volver a ser contagioso: tenga cuidado al compartir cubiertos, vasos, cepillos de dientes, bálsamos labiales, etc.

Raramente, el EBV se puede transmitir mediante transfusión de sangre.

Tengo depresión. ¿Podría el EBV ser la causa

Aunque la depresión suele ser un proceso multifactorial y las causas son a veces difíciles de identificar, se recomienda hacerse una prueba de EBV. Si ha tenido mononucleosis grave en el pasado, es más propenso a sufrir un síndrome depresivo

¿Cómo sé si tengo un EBV reactivado? ¿Qué pruebas debo hacerme?

Para saber si el EBV está reactivado o no, se debe realizar un análisis de sangre llamado serología.

De esta manera, se analizan los anticuerpos dirigidos contra las proteínas de activación o latencia del virus para determinar si el virus está activo, si hay reactivación o no.

Se pueden realizar pruebas complementarias como el tipaje linfocitario para obtener una evaluación más completa del sistema inmunitario. En efecto, mediante la medición de las diferentes poblaciones de linfocitos, se puede evaluar el funcionamiento del sistema inmunitario y detectar posibles anomalías provocadas por una reactivación del EBV no controlada por la respuesta inmunitaria.

¿Es posible deshacerse del EBV?

Desafortunadamente no, no hasta ahora.

El EBV es un virus que pertenece a la familia de los herpesvirus (como el virus de la varicela, el virus del herpes…). Estos virus tienen la capacidad, gracias a un programa de latencia específico, de “dormir” en las células infectadas mientras viva el huésped (el organismo receptor del virus).

De hecho, el EBV tiene 3 programas de latencia, uno de los cuales hace que el virus sea totalmente invisible.

Una vez que se activa este programa, el virus se vuelve indetectable para el sistema inmunitario y no se puede eliminar completamente. Esto difiere de otros virus, como el de la gripe, que no tienen este tipo de programa y son visibles, reconocidos y luego eliminados por la respuesta inmunitaria.

¿Por qué los deportistas (en particular los de alto nivel) son los más afectados por el EBV?

A diferencia de un estilo de vida sedentario, la actividad física moderada y regular se asocia generalmente con una mejora de la salud, como por ejemplo, una disminución de la presión arterial y del peso corporal, una mejor tolerancia a la glucosa y posiblemente una menor predisposición a las infecciones de las vías respiratorias superiores.

Sin embargo, una sesión de ejercicios de resistencia intensa va seguida de una inmunodepresión funcional temporal, cuya magnitud y duración están relacionadas con las del esfuerzo realizado.

Durante este “periodo de oportunidad”, aumenta la sensibilidad a las infecciones de las vías respiratorias superiores y a otras infecciones. Si los periodos de descanso entre las sesiones de ejercicios no son lo suficientemente largos como para permitir que la función inmunitaria se recupere, puede haber una mayor sensibilidad a las infecciones de las vías respiratorias superiores y posiblemente a otras infecciones.

Este tipo de escenario existe realmente entre los deportistas de alto nivel que llevan al límite sus capacidades físicas. A la intensidad de los entrenamientos hay que añadir el estrés relacionado con los compromisos y el ritmo de las competiciones, los cambios horarios, la presión mediática: todos estos factores alteran el control del virus por la función inmunitaria.
Entre los deportistas profesionales que han tenido que lidiar con el EBV y han visto peligrar o interrumpir sus carreras, podemos mencionar a Mark Cavendish (ciclismo), Marco Stiepermann (fútbol), Robin Söderling (tenis), Arnaud Tonus (motocross), Stéphane Tempier (ciclismo de montaña) y otros.

A menudo suelo coger resfriados, bronquitis y sinusitis, sobre todo en invierno. ¿Podría mi salud frágil ser debido al EBV?

Las infecciones recurrentes deberían ser motivo de alerta. Como explica la doctora alemana Petra Blum: “en los pacientes con infecciones recurrentes, a menudo se esconde un EBV reactivado. En muchos casos, ayudando al sistema inmunitario a hacer frente a este virus, la susceptibilidad a la infección disminuye.”

La reactivación del virus de Epstein-Barr a menudo está relacionada (es difícil decir si es causa o consecuencia) con una bajada de las defensas inmunitarias, que puede dar lugar a infecciones recurrentes. Estas infecciones pueden ser respiratorias, pero también bucales (aftas, herpes), genitales (micosis) u otras…

Si su salud es “frágil”, piense que el virus de Epstein-Barr podría ser en parte responsable. Un análisis de sangre puede detectar la reactivación de este virus.

Vigilar este virus y mantenerlo bajo control del sistema inmunitario es una parte importante de la prevención.

¿Por qué se dice que el EBV altera el sistema inmunitario?

El EBV infecta principalmente las células del sistema inmunitario, especialmente los linfocitos B. Estos son los encargados de producir anticuerpos que ayudan a eliminar los agentes patógenos. Una vez que los linfocitos B se infectan, se desplazan hacia los centros germinales de los ganglios linfáticos y el bazo, donde el virus activa sus programas de latencia.

Es como si un ladrón se escondiera en una comisaría y se volviera invisible.

Durante la coevolución del virus y su huésped, el EBV activa de vez en cuando la proliferación de linfocitos B para favorecer su supervivencia. Al hacerlo, puede causar un riesgo de respuesta inmune contra los linfocitos B y, en algunos casos, impedir que estos “mueran” de forma natural (anti-apoptosis). La producción de proteínas virales también le permite eludir la vigilancia del sistema inmunitario, reduciendo su capacidad para detectarlo. Esto es lo que se conoce como el “mecanismo de escape” del virus.

¿Se puede contraer dos veces la mononucleosis?

La mononucleosis es por definición la “primoinfección”, es decir, el primer encuentro del virus con el sistema inmunitario. Como no puede haber dos primeros encuentros, no se puede volver a tener mononucleosis.

Sin embargo, una vez que el virus se encuentra en el organismo infectado, puede reactivarse y causar cuadros clínicos que se parecen a los síntomas de la primera infección, pero también pueden ser muy diferentes según los individuos.

Es importante también tener en cuenta que a veces la primoinfección no está suficientemente controlada por el sistema inmunitario y en este caso, se produce la denominada primoinfección persistente (CAEBV, enfermedad crónica activa por virus Epstein Barr)

¿Cómo sé si tengo un EBV reactivado? ¿Qué pruebas debo hacerme?

Para saber si el EBV está reactivado o no, se debe realizar un análisis de sangre denominado serología.

De este modo, se analizan los anticuerpos dirigidos contra las proteínas de activación o latencia del virus para determinar si el virus se ha activado. Con estos análisis, es posible determinar si el paciente ha sido infectado en el pasado (infección antigua), si se encuentra en fase de primoinfección (mononucleosis), si hay una reactivación o simplemente no es portador del virus (se estima que sólo el 5% de la población adulta mundial es seronegativa).

¿Es necesario realizar análisis?

En fase aguda, los síntomas son suficientemente evidentes y no es necesario realizar pruebas. Sin embargo, una serología confirmaría el diagnóstico.

En fase crónica donde hay pocos síntomas, y además no son específicos, es muy difícil e incluso imposible determinar clínicamente una reactivación. En estos casos, se recomienda realizar una serología (análisis de sangre).

¿Podrían ser el EBV la causa de años de dolor articular migratorio, tobillos izquierdos hinchados y fatiga? ¿A la edad de 75 años?

Los síntomas que describe, como dolor articular migratorio, tobillos hinchados y fatiga, pueden asociarse en ocasiones a una infección por EBV, aunque también son posibles otras causas.

La edad no es necesariamente un factor (contrariamente a la creencia popular, el EBV no sólo afecta a los adultos jóvenes). Simplemente, la edad hace que el sistema inmunitario sea menos eficaz, lo que puede favorecer la reactivación del virus.
Para comprobarlo, lo mejor sería realizar una serología EBV completa (con los cuatro marcadores: IgM-VCA, IgG-VCA, IgG-EBNA, IgG-EA).

Tengo una pregunta sobre el virus Epstein-Barr

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